COMIAT LLIURE
Un día, cuando tu negocio comienza a funcionar, tú contratas a alguien que te ayude. A un trabajador. Le pagas, puntualmente, todos los meses de todos los años el sueldo que marca la ley, las pagas extraordinarias, la seguridad social y el disfruta de sus permisos y de sus vacaciones. Tú eres un buen empresario, el un buen trabajador. Cada uno perfecto en su papel. Honestos los dos. Entonces ¿No seria correcto que si un día el negocio no fuera bien, por la causa que fuera, pero demostrable, pudiera decírsele al trabajador que el negocio no da para mas, que ja no hace falta su aportación i que, a partir de ese momento, cada uno debería de ampararse, uno donde pudiera y el otro donde correspondiera?